Escribo este post mientras mi hija Vera me enseña entre risas el sonido que emite el nuevo dinosaurio de su prima Martina. Y es que a Martina no hay nada que le guste más que los dinosaurios. Es flipante ver como le brillan los ojos mientras te habla de ellos y abre la boca intentando imitarlos. Observar esa pasión en los niños, que en ocasiones roza la obsesión, es maravilloso. Para mí la música es algo parecido, una pasión que a veces se convierte en algo obsesivo. Pero esa perseverancia y cabezonería ha hecho que ahora esté aquí contándote que por fin he conseguido terminar el que será mi nuevo EP. No es tarea fácil cuando te conviertes en una artesana de la música. Cuando todo, desde la composición, producción, grabación y edición pasa por ti. Y cuando buscar huecos en el día a día se convierte en todo un encaje de bolillos. Desde hace años no vivo exclusivamente de la música, y sacar adelante este EP ha supuesto un gran esfuerzo y muchas horas de sueño. Pero quería volver a ser niña, quería volver a disfrutar de la música sin presión y sin más obligaciones que las que yo misma me iba imponiendo. Quería que mis ojos, como los de mi sobrina Martina brillaran de nuevo. El confinamiento fue el punto de partida, fue el freno que necesitaba para retomar y emprender este proyecto. La vida a veces te arrastra y te aleja de los sueños, pero nunca es tarde para despertar y activarlos de nuevo. Ahora hay otros ojos, otra experiencia y otras expectativas, pero la ilusión sigue siendo la misma. Fue el momento de desempolvar canciones, de hacer selección y de construir de cero este nuevo mundo, pero esta vez como Lna Devida. Sin esa parada obligada no tendría nada que contarte, o sí, nunca se sabe. Por eso he querido llamar a este EP «La parada», canción con la que presentaré mi nuevo trabajo y que abrirá camino al resto de temas. Como capitana de este barco emprendí una nueva ruta en la producción musical, experimenté con nuevos sonidos y me dejé llevar por la magia y por mi instinto. Siempre he sido una loca de las dobles voces, de los coros, por eso he querido que mi principal instrumento musical, mi voz, sea la marca de identidad de este nuevo proyecto. Pero es imposible sacar a flote un proyecto sola, tengo que sentirme inmensamente agradecida por todas las personas que me han rodeado y que han colaborado en este nuevo trabajo.Gracias Iván Raymores, por todos estos años acompañándome, por entender mi música y apostar por ella desinteresadamente, por tu musicalidad y generosidad. Este proyecto es tan mío como tuyo. Gracias a mis hermanos, Jesús y Paula por asesorarme, por escucharme y ayudarme en todo lo que he necesitado, sin vosotros hubiese sido inviable. Gracias Baldo por terminar de encajar las piezas del puzzle, por sacar partido y provecho a cada uno de mis temas con paciencia y profesionalidad. Y finalmente gracias a mi familia, Vera y Juanjo por aguantar mis horas interminables delante del ordenador, por ser testigos y partícipes de mis emociones en cada pequeñito paso que daba. Y gracias a ti por estar ahí. Deseo y espero que puedas hacer tuyas estas canciones y que consigan despertar en tí tantas emociones como lo hicieron conmigo.